Hoy veremos a que se parecía al iglesia-fortaleza medieval de San Lorenzo. Desgraciadamente su imponente fachada ha desaparecido. No superó el deterioro nexorable del tiempo y tuvo que ser derribada. En su lugar, hoy, temnemos un templo con una fachada más anodina, aunque lo valioso, dirán los creyentes, está dentro. Y no les quitaremos la razón.
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