Simón, opera magna

Egipto Antiguo y Clepatra VII. El Foro de Julio César.

    

Hoy César recuerda el impulso que dio al embellecimiento de Roma. Puso, como suele decirse hoy, la primera piedra. A la que luego seguirían otras muchas, a imagen y semejanza de lo que hiciera el divino Julio.

El Foro de César.

Egipto Antiguo y Cleopatra VII. Equilibrando las leyes.

    

César recuerda la serie de leyes que dictó en contra de los optimates, la aristocracia romana. Eran la contrapartida de las leyes que Sila  dictó en contra de los plebeyos, a pesar de que los conservadores nunca se las perdonaron.

Equilibrando la balanza.

Egipto Antiguo y Cleopatra VII. La oportunidad.

    

Este capítulo nos permite conocer el móvil último de César, su visión del papel que Roma debía jugar en el mundo y el papel que tenía que representar él en dicho acto.

La Historia lo interpretará de manera diferente, según los alcances del historiador de turno. Unos asegurarán que todo fue por ambición; otros, que por odio a todo lo que representaba la República; otros, que anhelo de gloria al estilo oriental.

César, como el padre de Alejandro, Filipo de Macedonia, quiso aprovechar, no su oportunidad, sino la oportunidad de Roma.

Y en eso acertó.

Egipto Antiguo y Cleopatra VII. Las deudas y una estatua.

   

César se remonta en sus recuerdos al tema de las deudas. Uno de los más escabrosos en que se vio metido.  

"Nunca llueve a gusto de todos" era la máxima que le venía a la mente cada vez que pensaba en las odiosas deudas. Y porque no aceptó plenamente la postura de ninguna de las partes, el tema pasó casi desapercibido y pronto se dejó a de hablar de él, tanto en Roma como en Italia.

No pasa igual con la decisión que ha tomado recientemente de encargar una estatua de oro de Cleopatra, para colocarla en el Foro. El pueblo de Roma debía acostumbrarse a la insigne huésped que ha traído a Roma. Todo el mundo habla de la famosa estatua. Al menos ya es algo ... 

Una estatua que da que hablar.

Egipto Antiguo y Cleopatra VII. Las deudas y una estatua.

   

César se remonta en sus recuerdos al tema de las deudas. Uno de los más escabrosos en que se vio metido.  

"Nunca llueve a gusto de todos" era la máxima que le venía a la mente cada vez que pensaba en las odiosas deudas. Y porque no aceptó plenamente la postura de ninguna de las partes, el tema pasó casi desapercibido y pronto se dejó a de hablar de él, tanto en Roma como en Italia.

No pasa igual con la decisión que ha tomado recientemente de encargar una estatua de oro de Cleopatra, para colocarla en el Foro. El pueblo de Roma debía acostumbrarse a la insigne huésped que ha traído a Roma. Todo el mundo habla de la famosa estatua. Al menos ya es algo ... 

Una estatua que da que hablar.

Egipto Antiguo y Cleopatra VII. El orgullo de ser romano.

   

César pasa revista a las medidas que tomó durante sus mandatos para equilibrar la población de Roma. Aplicó las mismas medidas que solucionaban la vida futura de sus veteranos, afincarlos en regiones  desiertas y convertir esas colonias en semillas de las costumbres de Roma.

A fin de cuentas,  Roma era una bendición para cualquier región bárbara. Suponía pasar de vivir en cabañas, expuestas a la avaricia de los vecinos, a vivir en una ciudad protegida por murallas y con agua en las fuentes. 

El orgullo de ser romano.

Egipto Antiguo y Cleopatra VII. El calendario juliano.

    

Una de las cosas buenas que César se trajo de Egipto a Roma fue el calendario egipcio.

Eran sagaces estos egipcios, observadores, ingeniosos ... La pareció mentira cómo habían averiguado la exacta duración de un año. Eso a un filósofo romano no se le hubiera ocurrida en la vida.

Había otras cosas interesantes en Egipto. Él disfrutaba de la mejor de ellas. Pero el tema del calendario le abrió nuevas perspectivas al uso de la inteligencia. 

El ingenio egipcio.

Egipto Antiguo y Cleopatra VII. El botín de las Galias.

     

César recuerda sus tiempos gloriosos, justo antes de la guerra civil, cuando manejaba dinero como si fuera el ya difunto Craso, a manos llenas.

Ya lo sabía por experiencias anteriores, pero la escala a que se había izado le permitía ser tal vez el romano más acaudalado. Podía comprar a cualquier magistrado romano. Y eso, para un político, era la cima más alta.

El valor de un hombre.

Egipto Antiguo y Cleopatra VII. Los hijos de Mucia.

    

César recuerda sus tiempos de galán con éxito en Roma. Y comprende que aquellas alegrías trajeron más tarde problemas, los actuales.

Los hijos de Pompeyo.

Egipto Antiguo y Cleopatra VII. Un Senado recalcitrante.

   

César rememora su eterno problema, el Senado de Roma.

César comparaba el Senado con las matronas romanas. Ellas llevaban las cuentas de la casa, tenían la llave de la despensa, mandaban a los esclavos a hacer la compra y a las esclavas en la cocina. Pero no estaban al tanto de los pactos y conversaciones que llevaba el paterfamilias. Éste llevaba el control real de la casa. Su esposa se ocupaba sólo de la cocina y la vestimenta. Que creyera llevar la casa era otra cosa. 

César se interesaba por el control de Roma ...

 ... no de la cocina.