Una de las cosas buenas que César se trajo de Egipto a Roma fue el calendario egipcio.
Eran sagaces estos egipcios, observadores, ingeniosos ... La pareció mentira cómo habían averiguado la exacta duración de un año. Eso a un filósofo romano no se le hubiera ocurrida en la vida.
Había otras cosas interesantes en Egipto. Él disfrutaba de la mejor de ellas. Pero el tema del calendario le abrió nuevas perspectivas al uso de la inteligencia.
Comentarios