Simón, opera magna

Restauración de libro antiguo y Catulo-Tibulo-Propercio.

 

Con el artículo de hoy damos por finalizado esta serie sobre Restauración de libro antiguo en plan de andar por casa. Con pocos medios puede darse una buena presencia a libros antiguos que tienen alguna caraterística noble que conservar.

También con este artículo terminamos el Año 2.012, annus terríbilis - como decía una persona famosa - en que sufrimos, a medio año, el ataque de un hábil hacker, de nacionalidad no clara, que nos trajo de cabeza y cuyos efectos aún perduran en esta casa.

Sólo nos queda desear el lector un buen Final de Año, y, si no un próspero Año 2.013 - que sería demasiado pedir - que lo termine no peor que como lo empezó.

Que "Al mal tiempo buena cara" sea el refrán que guíe nuestos pasos en los dos años sucesivos, porque mal tiempo, querido lector, vamos a tener. Y lo que es peor, "sin pecar, ni merecer", que decía mi abuela.

Pero que nadie nos quite la alegría por dentro.

Restauración de libro antiguo y Diccionario de Historia inglesa.

 

Volvemos a la Restauración - tras la felicitación poética -  y veremos cómo operar con un libro de mil páginas.

Marchando uno de mil páginas ...

Restauración de libro antiguo y Saint Esprit terminado.

 

Pasado el primer envite

de estas  Fiestas navideñas,

 los bolsillos al revés,

pues ni gordo, ni pedrea,

con el estómago lleno

por la comida y la cena,

volvemos a restaurar

libros, que es noble tarea.

 

Hoy terminamos uno de 1.700.

Navidades en crisis, y lo son para todos.

            AL  LECTOR 

 

Que pase unas Navidades

Felices, con la familia,

rodeado del cariño

de hijos y chiquillería;

que no falten los turrones,

la música y la alegría,

y que el Año Nuevo sea

un gran cesto, que reciba

las mejores cualidades

que en cada interior anidan.

 

Que no le afecte la crisis,

o, al menos, no en demasía.

 

Que banqueros y políticos

no hagan ya más tonterías ...

 

Ver lo que sigue.

 

 

Restauración de libro antiguo y Saint Esprit.

 

Antes de meterse en grandes fregados, es recomendable "desasnarse" con libros más sencillos, más pequeños, con menos complicaciones.

El que veremos hoy podría ser un ejemplo de libro con el que comenzar el digno oficio de "Restaurador de libro antiguo de andar por casa".

En el caso anterior, el propio dueño había destrozado el libro. En este caso, un ratón miserable había causado un daño proporcional a su tamaño. Claro que - como no valoraba sino el material que engullía - destrozó la parte más a la vista del libro, su lomo, mientras pensaba ...

"este sabroso libro yo me lo como".

Restauración de libro antiguo y Sófocles 4 terminado.

 

El libro de Sófocles partido en cuatro ya está entero y, hoy, con una presentación aceptable. Comprobaremos al final del proceso que la apertura del libro es adecuada, que permite su lectura cómoda.

Da gusto cuando el libro queda de modo que se puede enseñar.

Restauración de libro antiguo y Sófocles 4.

 

En eBay  apareció un libro magnífico, en griego, grande, del 1.700, divinamente encuadernado, barato ...  en 4 partes.  Una tapa por cada lado y el libro partido por la mitad; alguien lo había abierto demasiado y ...  ¡crac!  hizo el libro, que no era de goma.

Ése era el reto.

Y así driblamos con él.

Restauración de libro antiguo y Amiano Marcelino terminado.

 

Hemos termimado el proceso y tenemos en las manos el libro restaurado.

Falta, eso sí, decorarlo. Pero en eso no se diferencia de una encuadernación normal.

 Un libro entero.

Restauración de libro antiguo, Amiano Marcelino y los soportes.

 

La clave de este procedimiento para restaurar libros antiguos sin apenas  instrumental es un misterioso soporte, que - colocado donde se debe y eliminado en parte en el momento oportuno - consigue efectos cuasi-milagrosos, como que el libro se abra para poderse leer con toda facilidad sin que su integridad peligre. Hoy veremos por primera vez el soporte de marras.

Una de soportes.

Restauración de libro antiguo, Amiano Marcelino y los lomos.

 

Hoy seguimos trabajando y formamos el libro, añadiéndole los planos, o tapas de cartón. Seguimos vigilando la apertura del libro, con vistas a lograr mejorarla, si es posible.

Restaurando un Amiano Marcelino del siglo XVIII.