Veamos Jerusalem,
cómo estuvo en cierto tiempo,
siglo y medio más atrás,
cuando ser uno viajero
sólo estaba reservado
a las gentes con dinero
y con ansia de aventuras,
como a quien yo me refiero.
Ello nos va a permitir
resolver cierto misterio
que años ha se planteó
y que no había resuelto
ni preguntando a mis padres,
ni a tíos, ni a mis abuelos.
Comentarios