Simón, opera magna

Mundo helenístico 46. Esparta y Constantinopla.

 

He encontrado unos grabados

que ignoraba que tenía

y al mirar por Internet,

veo que son de valía,

así que al pronto me dije:

¡Vaya, qué suerte la mía!

 

Permitirán estas joyas

que hagamos una visita

al dulce Peloponeso,

donde estaba aquella villa

de la que salió Leónidas

con trescientos de partida

para impedir al gran Jerjes

hacer de los griegos migas.

 

Y luego visitaremos

esa capital, que a orillas

del Bósforo, tuvo fama

en mil años de su vida,

que cayó bajo los árabes,

de mayo un aciago día,

y es hoy una gran ciudad

de que presume Turquía.

Viajando con poco coste.

Mundo helenístico 45. Viajando a la Roma antigua.

 

Viajar es muy agradable

si no te mueves de casa

y manejando el ratón

te ves en Roma o en Asia.

 

Hoy veremos Roma antigua.

La veremos como estaba

ciento treinta años atrás,

porque así impresa quedara

en un libro que en eBay

compré hace varias semanas -

comprar libros es viajar

y de manera barata.

 

La Roma de 1.880, decenio arriba, decenio abajo.

 

 

Mundo helenístico 44. El Altar de Zeus de Pérgamo y 5.

 

Ya puesto a moralistas,

veremos que hay dos maneras

de construir edificios

empleando piedras viejas. 

 

Que sea la forma mala

o bien que sea la buena

depende de la distancia

entre la casa y la piedra

y más aún, de la altura

a que la piedra se encuentra.

 

Si la piedra está a diez metros,

y no está la piedra en tierra,

si no se cae empujando,

sino haciendo mucha fuerza,

la distancia al edificio,

por pequeña que ésta sea,

no justifica el expolio

que sobre ella  se perpetra.

 

Que es el mismo caso, el mismo,

que respecto a sus ciruelas

nos decía, dedo en alto,

hace mil años mi abuela:

 

No cojáis la fruta de los árboles.

 

Mundo helenístico 43. El Altar de Zeus de Pérgamo y el Teatro Romano de Cartagena. 4.

 

Si no viajar,

al menos ver

como podía

la cosa ser.

 

En Cartagena,

mucho después,

sin dramatismo,

va a suceder

casi lo mismo,

un muro hacer,

y para hacerlo

van a coger

lo que en el suelo

viene a yacer,

sin preocuparse

qué aquello fue,

que lo que fuera

lo fue de ayer.

 

La reutilización de piedras.

Mundo helenístico 42. El Altar de Zeus de Pérgamo 3.

 

Hurgando en la herida

de aceptar la Historia,

se ofrecen respuestas.

 

Al lector le toca

replicar, si piensa

que aquí hay razón poca.

 

La pasión y la Historia.

Mundo helenístico 41. El Altar de Zeus de Pérgamo, 2.

 

Los artículos sin santos

deben, es obvio, ser breves

- los santos son las imágenes

que un cierto texto contiene -

y no ser uno pesado

y no aburrir a la gente.

 

Así pues, hoy valoramos

lo que en el mundo sucede,

donde unos aman su Historia

y a otros su Historia repele.

 

Y planteamos la duda

¿qué opción adoptar se debe?

 

Ha el lector de decidirse

y ojalá que no se esfuerce

y acierte la opción correcta

en el minuto que tiene.

 

Sobre el amor a la propia Historia.

Mundo helenístico 40. El Altar de Zeus de Pérgamo.

 

Si hoy podemos admirar

en Berlín tal obra de Arte,

es porque allá en el Olimpo

se han puesto de nuestra parte,

y movieron hace siglos

a los aguerridos árabes

a sitiar y tomar Pergamo

y hacer allí una masacre.

 

Los pergaminos, confusos,

preveyendo otro desastre,

cuando los moros se fueron

con sus chilabas y alfanges,

y con su botín a cuestas

a hacer la guerra a otra parte,

dijeron, "¡una y no más,

estos hijos de su madre

no podrán tomar más Pérgamo,

que vamos a amurallarle!"

 

Y en la muralla metieron

cualquier cosa que les cuadre,

las piedras de un acueducto,

adoquines de mil calles,

tejas de casas vecinas,

y el monumento más grande

que allá en Pérgamo tenían,

y que el dueño lo reclame ...

 

Lo que esos pobres metieron

sacaron los alemanes,

y a Berlín se lo llevaron

con estupendo embalaje,

que esto de hacer bien las cosas

es en los germanos arte.

 

El Altar de Zeus, hoy.

 

Mundo helenístico 39. Atalo III. Pérgamo romano. Año 133 AEC.

 

Queriendo evitar a Pérgamo

quebraderos de cabeza,

dispuso Atalo III,

con la muerte ya bien cerca,

que de Pérgamo y sus gentes

fuera Roma la heredera.

 

Lo hizo buscando la paz

y no era mala la idea,

que el reino no le importaba,

pues tanto amaba a su huerta

que en la huerta se pasaba

mañana y tardes enteras;

y eso en mucho lo valoro,

de hortelanos descendencia.

 

Pero hubo un pájaro pinto,

con poco o nula vergüenza,

que dijo ser un bastardo

de Eumenes, que muerto lleva

unos veinte años,  y al pobre

no hay nadie que lo defienda.

 

Las gentes se lo creyeron,

se armó la marimorena ...

 

pero lo mejor será

que el lector pase y lo vea.

 

 

Heroides, 1.552, 2.

 

Soy rata de biblioteca

que se pasa todo el día

agazapado entre libros

de más o menos valía.

 

Y con esto de Internet

se me ha aumentado la vía

de husmear por media Europa,

no sólo en la casa mía.

 

Con el Heroides de Ovidio

comenzaron mis pesquisas

y hoy ofrezco al respetable

lo que mi mente adivina

sobre quién, en mil quinientos,

imprimiolo y en cursiva

en la muy querida Italia,

en Venecia, o en Mesina,

en Patavi, o en Milano,

en una imprenta furtiva

o bien con luz y taquígrafos

y con bendición divina.

 

Rastreando cierta edición del Heroides de Ovidio.

 

 

Heroides, 1.552.

 

Hoy dejamos los Atalos

y los Eumenes tranquilos

y cambiamos la temática,

centrándonos en los libros.

 

Hace ya bastante tiempo

que Librerías no piso

y que compro en Internet,

en eBay, por ser preciso.

 

Como soy más ambicioso

que potentado, o que rico,

suelo comprar con frecuencia

libros con fallo o con vicio. 

 

Libros que luego enderezo,

que encuaderno con ahinco,

y otros que es una aventura

saber dónde se han parido,

porque les faltan las páginas

del final y del inicio.

 

Y menos mal, como es éste,

cuando - porque el contenido

se ha editado muchas veces -

se sabe el autor y el título.

 

Hoy veremos que en  Heroides

sobre Amor escribió Ovidio.