Simón, opera magna

Macedonia en la cima. Alejandro el hombre, 3.

Hoy casi nos despedimos de Alejandro Magno, de quien mañana analizaremos su trayectoria completa, no sólo sus conquistas, que es en lo que se fijaron casi siempre los historiadores de todos los tiempos. No se olvide que éste intenta ser un blog comprometido con la Ética.

Una de cal y otra de arena.

Macedonia en la cima. Alejandro el hombre, 2.

Hasta que no cambien las circunstancias estoy obligado a actualizar el blog los lunes. Ese día habrá artículo nuevo. Espero que en Semana Santa pueda volver a la normalidad. El mundo no se hundirá por esto.

Tratando de entender a los grandes hombres.

Macedonia en la cima. Alejandro, el hombre.

Ya percibirá el lector habitual que ando de cráneo. Es el cuatrimestre que más clases tengo y se han unido problemas de salud de algún familiar de cercanía media. Así que mi tiempo libre se ha reducido y el blog se resiente. Cuando sea posible me pondré al día. Mientras tanto, se hace lo que se puede ...

Felizmente, este blog tiene contenido suficiente como para que las entradas no se vean afectadas por mis flaquezas temporales. Lo que debo agradecer a quienes tienen enlaces con él. Y a ellos me debo, además de al paciente lector habitual

Hoy, un tema que pretende ser original, estudiando al humano que se esconde

bajo la piel de un conquistador.

Macedonia en la cima. Alejandro y la India. Años 326 y 325.

Espero terminar la irregularidad y volver a los buenos tiempos, al orden habitual. De todos modos, Alejandro no se va a quejar. Hoy le vemos retornando, enfurruñado, de su conquista, que amenzaba convertirse en el movimiento perpetuo.

Un retorno accidentado.

Macedonia en la cima. La conquista de un Imperio. Años 331 a 327 AEC.

Un par de dificultades de no pequeño calibre me han exigido dedicar todas mis energías a resolverlas e impedido dedicarme al blog. Dejadas atrás, volvemos a seguir las correrías de Alejandro cuando se hace con el control del Imperio Persa.

Nos queda un estudio, o boceto, del carácter de Alejandro, porque lo que estamos viendo, las conquistas, es la parte superficial del asunto. Es lo fácil de narrar, lo vistoso, pero no es lo profundo.

Claro que entrar en lo profundo ... uno puede acertar o no hacerlo. De todos modos, nos arriesgaremos.

El final de un Rey no célebre por su temple.