Tengo la sospecha de que mi cerebro es como un inmenso Big Ben, un gran reloj cuajado de ejes y ruedecitas que marcha sin parar un segundo. Y la Musa se encuentra la puerta cerrada semper et ubique, siempre y en cualquier momento/sitio. Por eso tiene que recurrir a la noche para inspirarme, cuando me encuentra desprevenido.
Eso es lo que sucedió ayer y esta noche. Por eso escribo el suelto por la mañana.
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