Este fin de semana,
creo, seguramente
arreglaré el "cacharro",
porque es muy conveniente
asomar las narices
y ver a aquella gente
mover sus polisones
tan elegantemente,
o montar a caballo
con la mirada el frente,
y luchar los varones
con la nación de enfrente,
tronando los cañones
casi continuamente.
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