Edgar Degas y Henri de Toulouse-Lautrec son nuestros invitados de hoy, dos pintores unidos por una característica, que no siempre pintaron la vida amable de los parisinos de su época. Tampoco hicieron denuncia social, ni pintura moralista, esto último pertenecía ya al pasado. Pintaron la parte descarnada de la vida nocturna de París, plenamente el segundo, y parcialmente el primero.
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