A consecuencia del ataque de un hacker en Junio de 2.012, este artículo se ha perdido. Trabajamos para recuperarlo y reponerlo. Ya lo sentimos, lector ...
Presentación inicial:
Terminamos hoy de detallar uno de los puntos débiles más despampanantes de nuestra religión ancestral, la intolerancia de que da muestras a cada momento.
Desde sus primeros inicios, la posesión ideológica ha coronado todas nuestras actuaciones. Constantino, Teodosio, Arcadio y Honorio, Justiniano, Carlomagno, Carlos I, Felipe II, ... No ha habido siglo sin que tal posesión ideológica, y la intolerancia que la sigue, no hicieran acto de presencia y lo ensuciara todo. La conquista y evangelización de América puede ser un ejemplo de la barbaridad que cometimos cuando los hados nos regalaron un poder para el que no estábamos maduros.
Pero, ¿cómo vamos a ser capaces de captar las zonas oscuras de nuestra manera de ser, si nuestra manera de ser consiste en creer que nuestra manera de ser es la única correcta del Cosmos? Los ángeles debieran, también, ser, como nosotros, occidentales y demócratas.
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