El agua era importante, las murallas, también. La Atenas del 490 no tenía murallas serias, a lo que parece. Pero los persas no llegaron a la ciudad, fueron derrotados antes. La Atenas del 480 tampoco tenía murallas y esta vez los persas llegaron hasta ella: Los atenienses tuvieron que abandonarla, defender una ciudad sin murallas era imposible.
La lección fue aprendida rápidamente: Atenas necesitaba unas murallas dignas. Y se construyeron. Con tanta prisa que uno se extraña de la extraña forma de la muralla aquella.
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