La ciudad en sus buenos tiempos ocupaba un cierto área. Sólo el 40% fue rodeado por la muralla tardía para protegerse de las invasiones. Cuando éstas se produjeron, el obispo de Conímbriga se fue a residir a Coimbra, mejor situada, que debe su nombre, según nos dijeron, al famoso obispo. Conímbriga cuenta con un Museo con lo allí descubeierto. Merece la pena verlo.